“En la ciudad de Avellaneda, poderoso
exponente fabril y comercial de la provincia de Buenos Aires, que enorgullece a
toda la Nación, el Automóvil Club Argentino inaugura hoy esta nueva estación de
servicio, demostración de su creciente pujanza y de su inconmovible fe en el
porvenir del país”
Horacio Morixe (Vicepresidente segundo del Automóvil Club Argentino)
La antigua sede del Automóvil Club Argentino en Avellaneda en la esquina de avenida Mitre y 9 de Julio.
Buena parte
de los historiadores se ha empeñado en etiquetar a los años ’30 como “infames”.
Nadie puede negar la política de fraude electoral y de reprochables acuerdos
internacionales llevada adelante por los dirigentes conservadores de entonces,
pero más allá de eso, la etiqueta de “década infame” (que como toda etiqueta no
deja ver más allá de las aristas que ella misma produce) ha intentado tapar el
enorme desarrollo y crecimiento que se produjo en la Argentina en ese momento
impulsado por una fuerte intervención del Estado. Un ejemplo de esto fue la
creación de Vialidad Nacional en 1932 y la construcción de miles de kilómetros
de caminos en los años siguientes. Este aspecto es el que nos interesa en este
caso, porque en él tuvo participación una de las instituciones más apreciadas de
nuestro país, el Automóvil Club Argentino, cuya “obra edilicia desarrollada entre 1936 y 1943, a partir de la
construcción de estaciones de servicio a lo largo y ancho del país, fue parte
de uno de los emprendimientos más impactantes del que se tenga conocimiento en
el mundo, convirtiéndose en una verdadera avanzada de modernidad” (1)
Ubicación de la estación de servicio inaugurada.
En 1936
el ACA firma un acuerdo con la petrolera estatal YPF, el cual “acordaba al club un crédito en productos
para la construcción de una red de estaciones de servicio, garantizado con los
terrenos y edificios de las estaciones, además de una importante bonificación
en el precio de la nafta. A cambio, el ACA se comprometía a vender
exclusivamente productos de YPF”
“La primera etapa comprendió las ciudades
cabecera de las grandes rutas pavimentadas, en las que se construyeron
edificios monumentales que eran a la vez sedes sociales, garajes y estaciones
de servicio, y estaciones camineras a los largo de esas rutas” (2)
Dentro del plan, el ACA Avellaneda pertenecía
al grupo denominado “estaciones suburbanas de la Capital Federal” junto a las
construidas en Olivos, Don Torcuato, Ing. Maschwitz, Pilar, Luján y Punta Lara.
Desde el
punto de vista arquitectónico, “se consideró desde un principio la conveniencia
de que todos los edificios respondieran a un cierto carácter, o que tuvieran
una identificación que los hiciera fácilmente reconocibles” (3)
El concurso para las estaciones de servicio fue
ganado por el ingeniero civil Antonio Vilar, quien entre 1938 y 1943 tuvo a su
cargo la construcción de nada más y nada menos que 189 obras.
Planos de las plantas baja y alta de la estación de servicio relizados por el ingeniero Antonio Vilar.
Así como las extraordinarias construcciones del
arquitecto Francisco Salamone permanecieron ocultas durante décadas gracias a
las “etiquetas impuestas” de las que hablaba al comienzo, algo similar ocurrió
con la obra magna e impactante de Vilar.
Adentrándonos
en el tema puntual de la nota, el propio ingeniero Antonio Vilar nos detalla la
obra realizada en la sede Avellaneda del ACA: “Terreno en falsas escuadras y en
dimensiones reducidas. Edificio en dos plantas. Como en el caso de Barracas,
hemos optado por la oficina circular en la ochava, dividiendo la circulación y
asegurando una zona de refugio para el público en la esquina. Sobre la
medianera norte se ha ubicado la sala de espera, el toilet de señoras y las
fosas con luz cenital de patios en primer piso.
En el rincón, bajo la rampa, dependencias de
personal, compresores y sótano. Sobre la medianera oeste, la rampa de acceso
que sale directamente a la calle para obtener máxima playa. Surtidores en ambas
calles aunque usando el tipo boxes, sobre 9 de Julio, para mayor rendimiento y
porque esa calle permite salir reculando. En la playa de circulación, solo
existe una columna central. La viga de fachada se apoya en vigas
transversales en cantiléver, solución
que hemos adoptado en la mayoría de los edificios de este tipo, por la economía
de espacio que significa y su correcto efecto. Adosado a la rampa el toilet de
socios y estacionamiento para tres coches.
La escasez de espacio en la planta baja, obligó a
ubicar los lavaderos en el primer piso, donde se ha ubicado también el taller,
la gomería y el departamento del jefe de la estación. En casos como este, lo
mismo que en el de estacionamientos, las columnas de planta baja deben permitir
un buen aprovechamiento de la planta alta, dentro de las medidas estándar para
estacionamiento, lavaderos y otros usos. Estas medidas, lo mismo que los radios
de las rampas, anchos de calles de circulación, radios de curvas en general,
sobrecargas, etc. se encuentran en los manuales corrientes de estandarización
de elementos constructivos.
En planta baja se ha adoptado el mismo sistema de
iluminación de Olivos" (4) (Los artefactos de luz consisten en medios
globos comunes, embutidos en un casquete esférico).
La inauguración
El diario
“La Opinión” de Avellaneda nos relata la ceremonia de inauguración de la estación
de servicio el día 27 de marzo de 1943:
“En el interior de la playa de
estacionamiento se había levantado un palco, adornado con los colores
argentinos, motivo ornamental que se reprodujo por medio de banderas y escudos
en los pilares y muros. El personal de servicio, con los uniformes
reglamentarios, secundó a las autoridades del club en la atención del público,
que comenzó a llegar desde minutos antes de las 18 horas.
Entre los
primeros en llegar se anotó la presencia del senador nacional Don Alberto
Barceló, que cambió expresivos saludos con los dirigentes del Automóvil Club
Argentino. Además concurrieron al acto el señor Intendente Municipal Don
Joaquín Lacambra, diputado nacional señor Nicanor Salas Chaes, presidente del
Concejo Deliberante señor Feliciano M. Culler, presidente del Consejo Escolar
señor Roberto José del Río, subdirector de la Asistencia Pública doctor Luis
María Irureta, secretario de la Municipalidad señor Luciano Baca, valuador del
partido señor Pedro J. Molinari, Director de Tránsito de la Ciudad de Buenos
Aires doctor Horacio Pozzo, Presidente del ACA señor Carlos P. Anesi,
Vicepresidente 2° del ACA doctor Horacio Morixe, funcionarios de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales, entre otros.
Discurso del Vicepresidente 2° del ACA doctor Horacio Morixe. A la derecha el Senador Alberto Barceló.
Ubicadas
las autoridades e invitados especiales en el palco oficial, frente al cual se
hallaba el resto de la concurrencia, se inició la ceremonia con la bendición
religiosa del edificio, que estuvo a cargo del cura encargado de la Parroquia
de la Asunción R.P. Juan F. Tumini. Terminado este solemne aspecto del acto, se
difundió por altavoces el marcial acorde del Himno Nacional Argentina, que
aplaudieron extensamente al final.
Acto
seguido ocupó la tribuna el vicepresidente del Automóvil Club Argentino, doctor
Horacio Morixe. Acallados los aplausos con que se recibieron esas palabras,
habló el Intendente Municipal, Don Joaquín Lacambra, quien también fue
extensamente aplaudido por la concurrencia.
Palabras del Intendente de Avellaneda, Joaquín Lacambra.
El presidente del Club, señor
Carlos P. Anesi, invitó entonces a la concurrencia a visitar el edificio,
recorriendo el público las distintas dependencias, mientras el personal de la
estación explicaba diversos detalles sobre el funcionamiento de máquinas y
destino de los locales.
Finalmente, en un salón de la planta alta, se sirvió un lunch, lo que
dio margen a una interesantísima tertulia que se prolongó hasta las primeras
horas de la noche.
Momento del corte de cinta a cargo del Intendente Lacambra
Inauguración del surtidor
Como
corolario de la ceremonia, cabe significar que se puso en práctica una feliz
iniciativa del presidente del Club señor Anessi, quien hizo surtir de nafta YPF
a los automóviles del senador nacional Don Alberto Barceló, Intendente
Municipal Don Joaquín Lacambra y del diputado nacional Don Nicanor Salas
Chaves, inaugurando así las funciones del surtidor.
Momento en el que el Senador Alberto Barceló habilita el primer surtidor.
Notas:
(1) Ingeniero MINERVINO, “Testimonio de una avanzada de modernidad”
(2) PIGLIA, Melina "El ACA e YPF: la construcción de la primera red de estaciones de servicio (1936-1943)". UNMdP - Conicet
(3) revista Nuestra Arquitectura
(4) Ídem
Marcelo Pablo Scévola (investigación)
Fuentes: revista "Nuestra Arquitectura"
diario "La Opinión"
revista "Automovilismo"
publicación “Testimonio de una avanzada de modernidad”
publicación "El ACA e YPF: la construcción de la primera red de estaciones de servicio (1936-1943)"
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