viernes, 19 de abril de 2019

Una ligera crónica de Avellaneda en 1913


      En la segunda década del siglo XX, el país mostraba orgulloso su avance. En cada ciudad, en cada pueblo, el progreso era notable, y los medios gráficos de entonces gustaban mostrarlo con un sentido de argentinidad que hoy resulta envidiable.
      Avellaneda no escapaba a ese progreso, y varios diarios y revistas se ocuparon de reflejarlo en sus páginas, tal es el caso de Fray Mocho. El sentido de argentinidad se evidencia en los primeros párrafos que la icónica publicación le dedicó a esta gran ciudad de nuestra región sudeste…

      “La ciudad de Avellaneda, cuyos dominios empiezan en el cruce mismo del célebre Puente del Riachuelo, está llamada a representar con el transcurso del tiempo, un papel de gran importancia entre los emporios comerciales de la Nación Argentina. La acción eficiente de las autoridades comunales ha contribuido en los últimos años al rápido progreso local, como al desenvolvimiento del comercio e industrias, cuyo desarrollo nos ha causado verdadera admiración en los actuales momentos”.

Intendencia municipal

Hall de la Municipalidad

Despacho del Intendente

      Era entonces intendente Don Alberto Barceló y secretario municipal Don Nicanor Salas Chaves. La oficina de Censo y Estadística Municipal que había creado la gestión de Barceló registraba una población de 110.000 habitantes en los 112 kilómetros cuadrados que en ese entonces tenía el partido. “Tenían asiento permanente aquí varios frigoríficos, fábricas de fósforos, mercados lanares, lavaderos de lanas, fabricación de enlozados, molinos, mercado de maderas, 25 astilleros, dos fábricas de cemento armado, fábrica de ladrillo cilicatados, compañías de productos químicos, electricidad e infinidad de otros comercios e industrias variadas”.

Casa particular del Intendente

      La industria y el comercio no eran lo único importante para la administración municipal. “La mayor preocupación del señor Barceló y demás autoridades, ha sido siempre la de transformar los antiguos pantanos en verdaderas calles y avenidas, siendo de citarse casos como el antiguo arroyo Lemos, transformado hoy en espléndida avenida: la continuación de la avenida General Mitre, que era un arenal inmenso, así como la calle General Belgrano, todas las que han sido adoquinadas y ornamentadas con arboledas, corriendo por sus centros diferentes líneas de tranvías eléctricos. La planta urbana ha sido totalmente adoquinada, aún en las pocas calles que existían empedrados los cuales fueron levantados. Han sido pavimentadas 230 cuadras de adoquinado de granito con base de hormigón en Portland, cuyas obras representan un valor de más de tres millones de pesos moneda nacional, de los cuales la tercera parte paga la municipalidad.

Plaza Alsina vista hacia el este. Arriba a la izquierda domina la imagen el edificio de la Comisaría.

      Una de las obras más importantes que se halla actualmente en construcción es el camino adoquinado a la Isla Maciel, con una extensión de más de veinte cuadras, el que unirá a una población de 12.000 almas con el resto de la población, de la cual se halla esa completamente incomunicada. Se efectúan además la construcción de varios conductos de mampostería y cemento armado para desagües, en cuyas obras se han invertido más de cien mil pesos moneda nacional; construcción de dos corralones municipales, con toda clase de comodidades.
      Se trabaja también con actividad en la ampliación del servicio de alumbrado público y limpieza de todos los centros poblados del municipio; construcción de 400 nichos en el Cementerio Municipal y compra de diez manzanas de tierra para la ampliación del mismo. Estas obras se realizan con los recursos de la comuna, sin ayuda de ninguna clase del gobierno ni empréstito alguno.
      Se está tramitando la celebración de un contrato con la Cía. Alemana Transatlántica de Electricidad (C.A.T.E.) para la mejora de los servicios de alumbrado con la instalación de 400 lámparas de arco distribuidas en los centros más importantes. Hace cuatro años el alumbrado se hacía con 100 lámparas de arco y actualmente se hace con 525.
      La renta anual de la municipalidad ascendió en el año 1912 a 1.030.000 pesos moneda nacional y el presupuesto anual de gastos es de 1.140.000 pesos para el año actual (1913).
      El Hospital Municipal donado por los señores Fiorito se encuentra situado en la calle Belgrano entre 9 de Julio e Italia y se va a inaugurar dentro de poco tiempo”.

Hospital Fiorito

      Los hermanos Fiorito (Juan, Pedro, Antonio, Carlos y Alfredo) tenían su casa de remates en Barracas, en la calle Vieytes 1900, pero su acción de trabajo tuvo un gran desarrolló en Avellaneda, donde realizaban las ventas de terrenos con variada clase de facilidades.

      “El Banco de Galicia tiene su sucursal en la esquina de Mitre y Chacabuco, proyectándose la construcción de un edificio en la misma esquina, en la acera de enfrente, la que ha sido adquirida por la institución. El gerente de esta sucursal es Don Reynaldo L. Badano, habiendo sido inaugurada en el mes de octubre de 1908. El Banco de Galicia representa en la localidad uno de los factores más importantes para el crecimiento de las industrias y el emporio comercial”.

Banco de Galicia

      “Otra institución poderosa es La Edificadora de Avellaneda, establecida en avenida Mitre 25. Su presidente es Don Antonio Fiorito, pero en su ausencia desempeña el cargo el doctor Manuel Beguiristain, prestigioso facultativo y vecino de la localidad. Fundada en 1911 con un capital de 1.000.000 de pesos moneda nacional, realizó grandes operaciones sobre préstamos con facilidades para edificación”.

La edificadora de Avellaneda

      “En el amplio y confortable local de la avenida Mitre números 140 al 146, se halla instalada la sucursal de la Cooperativa Nacional de Consumos, que fue abierta el día 15 de junio de 1907, habiendo realizado desde entonces al presente los progresos más notables que la elevan al primer rango entre los establecimientos locales del género.

Cooperativa Nacional de Consumos sucursal Avellaneda

      Esta institución, fundada por el actual director general Don José R. Jaca, ha conseguido imponerse como una dependencia utilísima para todas las clases sociales, debido en gran parte a su organización, a la calidad de sus productos o mercaderías en general y a las facilidades prácticas que ofrece tanto para el accionista, socio, como para el público. El señor Jaca, conocedor del ramo, con una larga práctica en este género de negocios, no ha decaído un solo instante, llevando a feliz realización sus iniciativas, entre las que ha figurado en uno de los primeros términos la apertura de gran número de sucursales como la de Avellaneda.

Vista interior del establecimiento

      En el cargo de gerente de esta sucursal, desde el día de su inauguración, Don Manuel Rodríguez, hombre modesto y de relevantes condiciones de actividad que ha sabido granjearse entre el público de Avellaneda significativa atracción.
      Los ramos que atiende la Cooperativa Nacional de Consumos sucursal Avellaneda son: almacén, menage, tienda, bonetería, bazar, zapatería, entre otros, y extiende sus servicios en todo el radio de la zona sud, con un reparto especial que se extiende hasta Temperley  y pueblos adyacentes”.

Banco de la Provincia de Buenos Aires

      “El Banco de la Provincia, que es el coloso de la banca local, tiene su sucursal en edificio de su propiedad, situado en la avenida Mitre 118. La casa, tan amplia como elegante, es en el orden económico financiero uno de los factores más importantes del comercio de Avellaneda. Todo el comercio, tanto el principal, como el minorista acude allí, donde encuentra en el gerente, señor Franco Fattorini, no sólo un experto agente comercial sino un afectuoso caballero. Esta sucursal se inauguró en 1908, y por el contrario de otras agencias bancarias, ha conseguido hoy imponerse por la facilidad de sus operaciones y la competente dirección del señor Fattorini.
      Bien merece pues, ocupar un sitio en esta ligera crónica que hemos hecho de la progresista ciudad de la provincia, la casa que representa tan brillantemente a la poderosa institución bancaria que hace honor al primer estado argentino”.


Jardín de invierno del edificio municipal

Salón del edificio municipal



Marcelo Pablo Scévola (transcripción)

Fuente: revista Fray Mocho