Reproduzco en esta ocasión un artículo aparecido en el número especial del diario "La Verdad" del 9 de julio de 1937 referido a una de las fábricas emblemáticas del sudeste del conurbano bonaerense, popularmente conocida como "la Rhodia"
Rhodiaseta Argentina
Hace algunos años actúa entre nosotros el gran
establecimiento productor de seda al acetato de celulosa denominado Rodhiaseta
Argentina S. A., habiendo alcanzado a ser en su género y en el poco tiempo de
actuación, uno de los más importantes del partido, destacándose por la calidad
especial de sus productos y su esmerada fabricación.
Su producción
es tan vasta que podría asegurarse que supera el consumo de toda la República
Argentina, presentando al mercado gran variedad de hilos al acetato de celulosa
bajo la denominación de “Rhodia” para la seda brillante y “Albene” para la seda
mate, contando con maquinarias de las más modernas y personal especializado que hace honor a la
fábrica.
Vista aérea de una parte de los edificios propiedad de Rodhiaseta Argentina S. A.
En 1894, los químicos Cross y Bevan patentaron un
procedimiento industrial de preparación de acetato de celulosa, y lugo de las
experiencias realizadas por Miles (1903) y Bayer (1905), la Sociedad Química de
Usinas del Ródano dedicose, en 1908-1910, al examen del acetato de celulosa,
alcanzando difusión en el período 1914 a 1919 y aumentando en forma rápida la fabricación y demanda en todo el mundo.
Aspecto parcial de uno de los talleres. En primer término, personal dedicado a pesar y empaquetar el material producido en el día. En segundo plano, un aspecto de las maquinarias, controles, etc. Nótese la abundancia de luz natural y artificial, científicamente dispuesta.
Los hilos de acetato se utilizan en los tejidos, mezclándolos con hilos de seda natural, algodón, lana, y de sedas artificiales, para distintos fines. Debido a la actividad de los fabricantes de materias colorantes que poseen colecciones muy surtidas para acetato, los industriales del tejido han podido desarrollar ampliamente el uso de esta fibra para sus sedas de alta novedad y calidad, siendo su costo más elevado que las destinadas al algodón y viscosa, pero ello resulta compensado por cuanto los productos elaborados tienen la ventaja de ser más firmes al lavado y a la luz.
Otra vista de los talleres. Obsérvese el importante
número de máquinas en funcionamiento en esta sección, con parte del personal
dedicado a su atención. Se destaca en esta nota gráfica la amplitud del local,
aireación perfecta (y calefacción adecuada en invierno), piso de mosaico
encerado, surtidores de agua, uniforme de las obreras y otros detalles poco
comunes en establecimientos industriales.
Las sedas al acetato y la firmeza de los colorantes
empleados, hacen posible la fabricación de artículos lavables, que se pueden
obtener a precios muy bajos, comparados con los que rigen para la venta de la
seda natural.
Ofrecemos diversas vistas del citado establecimiento,
que posee su fábrica en la calle Primera Junta y Pringles de esta localidad,
donde ocupa un amplio terreno. Puede observarse la impresión de grandeza que
presentan los cuerpos de los diversos departamentos, terminados de acuerdo a
las exigencias más imperiosas de la industria moderna y que, ciertamente tienen
un digno complemento en las instalaciones mecánicas y demás dependencias técnicas
y administrativas de la fábrica, montadas modernísimamente, con amplio confort
e higiene máxima para el personal que en ellas cumple su labor.
En suma, es un establecimiento que hace honor a la industria
argentina, significativo exponente de la potencia fabril quilmeña.
Vista parcial de una de las secciones del
establecimiento, tomada desde el interior, hacia uno de los portones de salida.
Marcelo Pablo Scévola (transcripción)
Fuente: diario La Verdad (colección propia)
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