En la
segunda década del siglo XX, el país mostraba orgulloso su avance. En cada
ciudad, en cada pueblo, el progreso era notable, y los medios gráficos de
entonces gustaban mostrarlo con un sentido de argentinidad que hoy resulta
envidiable.
Avellaneda no escapaba a ese progreso, y varios diarios y revistas se
ocuparon de reflejarlo en sus páginas, tal es el caso de Fray Mocho. El sentido
de argentinidad se evidencia en los primeros párrafos que la icónica
publicación le dedicó a esta gran ciudad de nuestra región sudeste…
“La ciudad de Avellaneda, cuyos dominios
empiezan en el cruce mismo del célebre Puente del Riachuelo, está llamada a
representar con el transcurso del tiempo, un papel de gran importancia entre
los emporios comerciales de la Nación Argentina. La acción eficiente de las
autoridades comunales ha contribuido en los últimos años al rápido progreso
local, como al desenvolvimiento del comercio e industrias, cuyo desarrollo nos
ha causado verdadera admiración en los actuales momentos”.
Era
entonces intendente Don Alberto Barceló y secretario municipal Don Nicanor
Salas Chaves. La oficina de Censo y Estadística Municipal que había creado la
gestión de Barceló registraba una población de 110.000 habitantes en los 112
kilómetros cuadrados que en ese entonces tenía el partido. “Tenían asiento permanente aquí varios
frigoríficos, fábricas de fósforos, mercados lanares, lavaderos de lanas,
fabricación de enlozados, molinos, mercado de maderas, 25 astilleros, dos
fábricas de cemento armado, fábrica de ladrillo cilicatados, compañías de
productos químicos, electricidad e infinidad de otros comercios e industrias
variadas”.
La industria y el comercio no eran lo
único importante para la administración municipal. “La mayor preocupación del señor Barceló y demás autoridades, ha sido
siempre la de transformar los antiguos pantanos en verdaderas calles y
avenidas, siendo de citarse casos como el antiguo arroyo Lemos, transformado
hoy en espléndida avenida: la continuación de la avenida General Mitre, que era
un arenal inmenso, así como la calle General Belgrano, todas las que han sido
adoquinadas y ornamentadas con arboledas, corriendo por sus centros diferentes
líneas de tranvías eléctricos. La planta urbana ha sido totalmente adoquinada,
aún en las pocas calles que existían empedrados los cuales fueron levantados.
Han sido pavimentadas 230 cuadras de adoquinado de granito con base de hormigón
en Portland, cuyas obras representan un valor de más de tres millones de pesos
moneda nacional, de los cuales la tercera parte paga la municipalidad.
Plaza Alsina vista hacia el este. Arriba a la izquierda domina la imagen el edificio de la Comisaría.
Una de las obras más importantes que se
halla actualmente en construcción es el camino adoquinado a la Isla Maciel, con
una extensión de más de veinte cuadras, el que unirá a una población de 12.000
almas con el resto de la población, de la cual se halla esa completamente
incomunicada. Se efectúan además la construcción de varios conductos de
mampostería y cemento armado para desagües, en cuyas obras se han invertido más
de cien mil pesos moneda nacional; construcción de dos corralones municipales,
con toda clase de comodidades.
Se
trabaja también con actividad en la ampliación del servicio de alumbrado
público y limpieza de todos los centros poblados del municipio; construcción de
400 nichos en el Cementerio Municipal y compra de diez manzanas de tierra para
la ampliación del mismo. Estas obras se realizan con los recursos de la comuna,
sin ayuda de ninguna clase del gobierno ni empréstito alguno.
Se está tramitando la celebración de un
contrato con la Cía. Alemana Transatlántica de Electricidad (C.A.T.E.) para la
mejora de los servicios de alumbrado con la instalación de 400 lámparas de arco
distribuidas en los centros más importantes. Hace cuatro años el alumbrado se
hacía con 100 lámparas de arco y actualmente se hace con 525.
La renta anual de la municipalidad
ascendió en el año 1912 a 1.030.000 pesos moneda nacional y el presupuesto
anual de gastos es de 1.140.000 pesos para el año actual (1913).
El Hospital Municipal donado por los
señores Fiorito se encuentra situado en la calle Belgrano entre 9 de Julio e
Italia y se va a inaugurar dentro de poco tiempo”.
Hospital Fiorito
Los
hermanos Fiorito (Juan, Pedro, Antonio, Carlos y Alfredo) tenían su casa de
remates en Barracas, en la calle Vieytes 1900, pero su acción de trabajo tuvo
un gran desarrolló en Avellaneda, donde realizaban las ventas de terrenos con
variada clase de facilidades.
“El Banco de Galicia tiene su sucursal en la
esquina de Mitre y Chacabuco, proyectándose la construcción de un edificio en
la misma esquina, en la acera de enfrente, la que ha sido adquirida por la
institución. El gerente de esta sucursal es Don Reynaldo L. Badano, habiendo
sido inaugurada en el mes de octubre de 1908. El Banco de Galicia representa en
la localidad uno de los factores más importantes para el crecimiento de las
industrias y el emporio comercial”.
“Otra institución poderosa es La
Edificadora de Avellaneda, establecida en avenida Mitre 25. Su presidente es
Don Antonio Fiorito, pero en su ausencia desempeña el cargo el doctor Manuel
Beguiristain, prestigioso facultativo y vecino de la localidad. Fundada en 1911
con un capital de 1.000.000 de pesos moneda nacional, realizó grandes
operaciones sobre préstamos con facilidades para edificación”.
“En el amplio y confortable local de la
avenida Mitre números 140 al 146, se halla instalada la sucursal de la
Cooperativa Nacional de Consumos, que fue abierta el día 15 de junio de 1907,
habiendo realizado desde entonces al presente los progresos más notables que la
elevan al primer rango entre los establecimientos locales del género.
Cooperativa Nacional de Consumos sucursal Avellaneda
Esta institución, fundada por el actual
director general Don José R. Jaca, ha conseguido imponerse como una dependencia
utilísima para todas las clases sociales, debido en gran parte a su
organización, a la calidad de sus productos o mercaderías en general y a las
facilidades prácticas que ofrece tanto para el accionista, socio, como para el
público. El señor Jaca, conocedor del ramo, con una larga práctica en este
género de negocios, no ha decaído un solo instante, llevando a feliz
realización sus iniciativas, entre las que ha figurado en uno de los primeros
términos la apertura de gran número de sucursales como la de Avellaneda.
Vista interior del establecimiento
En el cargo de gerente de esta sucursal,
desde el día de su inauguración, Don Manuel Rodríguez, hombre modesto y de
relevantes condiciones de actividad que ha sabido granjearse entre el público
de Avellaneda significativa atracción.
Los ramos que atiende la Cooperativa
Nacional de Consumos sucursal Avellaneda son: almacén, menage, tienda,
bonetería, bazar, zapatería, entre otros, y extiende sus servicios en todo el
radio de la zona sud, con un reparto especial que se extiende hasta
Temperley y pueblos adyacentes”.
“El Banco de la Provincia, que es el
coloso de la banca local, tiene su sucursal en edificio de su propiedad,
situado en la avenida Mitre 118. La casa, tan amplia como elegante, es en el
orden económico financiero uno de los factores más importantes del comercio de
Avellaneda. Todo el comercio, tanto el principal, como el minorista acude allí,
donde encuentra en el gerente, señor Franco Fattorini, no sólo un experto
agente comercial sino un afectuoso caballero. Esta sucursal se inauguró en
1908, y por el contrario de otras agencias bancarias, ha conseguido hoy
imponerse por la facilidad de sus operaciones y la competente dirección del
señor Fattorini.
Bien merece pues, ocupar un sitio en esta
ligera crónica que hemos hecho de la progresista ciudad de la provincia, la
casa que representa tan brillantemente a la poderosa institución bancaria que
hace honor al primer estado argentino”.
Jardín de invierno del edificio municipal
Salón del edificio municipal
Marcelo Pablo Scévola (transcripción)
Fuente: revista Fray Mocho